jueves, 28 de marzo de 2013

Capítulo 3

¡Hola mis queridos lectores! Por fin se acabó la espera, aquí está mi tercer capítulo. La verdad es que me ha costado bastante escribirlo, aunque sea cortito. Y, dentro de poco, cuando llegue al capítulo 10 aproximadamente haré las bases del concurso. Hoy tambien intentaré subir el capítulo 4, pero no os lo aseguro.

¡Que disfrutéis del capítulo!


Una chica de pelo negro, oscuro y liso me miraba desde el otro lado del espejo con unos ojos profundamente azules, tan oscuros que casi parecían negros. Una piel muy pálida, la más pálida que recordaba haber visto (Poca variedad tenía, solo había visto la de Gale, y la suya era bronceada). Y esa chica, tan distinta de mí que fuese, tenía la misma cara de sorpresa y susto que yo creía tener.

Decido sentarme en el banquito que hay bajo la ventana.
¿Cómo es posible? -Pienso. - No puede ser, no me acuerdo de nada, pero se que esa no soy yo. ¿Y ahora que hago? Si se lo digo a Gale pensará que estoy loca, aunque creo que ese pensamiento no será tan desacertado. No me acuerdo de nada, pero se que esa no soy yo. Y sin ni siquiera saber como soy yo... Pero algo tengo que hacer. No puedo estar así, sin ser yo.

Y, de repente, la bombillita de mi cabeza, que estaba totalmente apagada, se encendió. Y me acordé. ¡Es ella! Es... ella... Mmm... ¡Stefany! ¡Sí! Pero no sabía de que me sonaba. Y de repente me acordé, ella, se cambió y fue totalmente diferente, y se escapó... Y se echó un producto especial... Lo malo es que no me acordaba. Así que decidi bañarme y meditar en la bañera.

Cuando salí de la ducha empecé a secarme y me enrrollé en la toalla. Cogí otra mas pequeña y empecé a secarme el pelo para poder peinarme. Y, entre estirones y quejidos, lo conseguí. Y justo cuando iba a empezar a vestirme, me acordé.

Stefany. Comedor. Agua. No, no era agua.Era agua y Sal. Y después, mucha más sal. Stefany rubia. Salió corriendo. Más gente corriendo. Yo también. Me choqué. Y fin.

¡Sal! Necesitaba sal. Y así se me quitaría esto que llevo por pelo, por ojos, por cuerpo. Y, ¡Cómo no!, salí corriendo. Abrí la puerta del cuarto de baño y fui a la cocina. Recordé que había un salero en la cocina, lo cogí y volví a salir corriendo hacia el cuarto de baño. Y cuando entro, cojo el salero y lo vacío en la bañera. Y sin pensármelo dos veces, me quito la toalla y entro en ella. Meto todo lo posible en el agua menos los ojos. Pica un poco, pero de repente, algo extraño pasa. ¡Mi piel se esta despegando! Creo que es lo más asqueroso que he visto en mi vida. Pero, debajo, muestra una piel bronceada, perfecta. Mi pelo se va estirando, y casi como por arte de magia se va poniendo más y más claro, hasta quedar en un tono dorado y un poco cobrizo. Unos bucles bastante anchos asomaban por la parte baja de mi pelo. Ya solo tenía que meter mi cabeza en el agua. Abro los ojos debajo de ella, duele mucho, pero merece la pena saber como soy realmente. Y meditando, escucho unos golpes en la puerta:

- ¿Te ha pasado algo?
- No... ¿Por qué lo preguntas?
- Nada, es que no veo muy normal salir corriendo de un cuarto de baño en una toalla, coger sal y entrar corriendo.
- … Ya se que no es lo más normal del mundo, pero cuando salga, te aseguro que no será lo más raro que veas hoy. -Salgo de la bañera y empiezo a vestirme -
- ¿Pero para qué quieres la sal?
- Nada, para echarla en la bañera.
- Vaaale. Tú allá. - Me imagino su cara. Las cejas juntas y levantadas, formando arruguitas en su frente. Y en los ojos miedo, y bastante reproche. Y como mi imaginación es tan realista me da por reírme. - ¿Y ahora qué te pasa?
- Nada. Estoy feliz. Y... - Abro la puerta - ¡Tachan! ¿Te gusta la verdadera yo?
- … - Su cara lo expresa todo -
- ¿Y bien?
- Sí... Sí, sí, pero... ¿Cómo lo has hecho?
- Pues con la sal. Por cierto, deberíamos de ir a comprar más, la he gastado toda. Perdón.
- No pasa nada. ¿Pero cómo? Si eras otra cuando entraste ahí y ahora tienes el pelo rubio, largo y hasta un poco rizado; tus ojos son color miel, tu piel está un poco bronceada y hasta has crecido un poco. Y... Pues eso. - Ese “y” es, seguro, que ahora ya no parezco una niña de 10 años, y ahora aparento unos 15, 16 o 17 años. -
- Bueno, no lo se, ni siquiera sabía a ciencia cierta que esa no era yo, pero mi instinto me lo decía y me acordé de una cosa.
- ¿Te acordaste de algo? ¡Eso es muy bueno! ¿Y de qué te acordaste?
- De mi amiga Stefany (Creo que era mi amiga). Ella era igual que yo. Y recuerdo una escena, le echaron agua, pero con sal, era un agua rara, yo nunca la había visto antes y de repente, salió rubia, y mucho mas vieja y tenía los ojos verdes. Se fue corriendo, y, no se por qué yo también corrí y me choqué. Nada más.
- ¿Quienes le echaron agua?
- No lo se. No me acuerdo de nada más.
- Bueno, eso es un buen paso. Poco a poco recordarás más cosas, como por ejemplo tu nombre. O tu edad.
- Espero que sea así.

De repente, se escucharon unos pasitos por la escalera, que estaba justo al girar a la izquierda desde la puerta del cuarto de baño. Y apareció una niña pequeña con cara de sueño.

5 comentarios:

  1. Hola Delly :D , perdón por comentar algo tarde,pero debo decir que es perfecto,me encanto ya espero el siguiente .
    besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola otra vez ,pues Delly te he nominado en mi blog a un tag http://amordecapitolio.blogspot.mx/2013/04/tag-de-los-juegos-del-hambre.html

      Eliminar
    2. Gracias! Pues esta mañana he subido el siguiente, y ya estoy empezando a escribir el quinto. Y gracias de nuevo, ahora lo veré :)

      ¡Besos!

      Eliminar
  2. Delly!! Es genialoso *.* En serio me encanta el capítulo :) Por cierto, estas nominada en mi blog, pasate ;)
    http://luzyoscuridadennuestrointerior.blogspot.com

    ResponderEliminar

¡Hola! Por favor, comenta lo que te parece la entrada, si te gusta o no, valoraciones, ¡Lo que sea! Pero por favor, siempre respetando a los demás :)
¡Y gracias por leer mi blog!

Muchos besos,
Delly